Cuando te vas a casar o cuando vas a tener un hijo, llegan a tus manos un montón de catálogos y revistas, algunos de ellos tremendamente horteras, sobre TODO lo que necesitas para que TODO sea PERFECTO...
Supongo que si contratas a un equipo de estilistas y colaboradores, a una empresa de mundazas, si te mudas a una mansión en los Hamptons y si te toca el Euromillón, lo de las revistas tiene un pase. La realidad es que no hacen falta ni la mitad de la mitad de las cosas que te quieren vender
cuando estás embarazada y tus hormonas controlan tu cerebro y tu cartera.
Ya escribí en su día sobre los preparativos en casa cuando iba a nacer la peque. Nosotros hicimos nuestro
Excel de la compra y
tratamos de seguirlo.
Un año después, habiendo conocido a muchas mamás y futuras mamás, sigo teniendo esa sensación de "
a la gente se le va la cabeza". Se enteran de que van a ser padres y ya necesitan coche nuevo, casi casa nueva, decorador de interiores, dos roperos y todo tipo de cachibaches para la nueva criatura. Y alguno hasta me mira como si fuera una mala madre cuando les digo que yo según que cosas ni me planteé comprarlas, que se esperen un poco...
Para empezar, en las revistas y en los catálogos
salen casas en las que parece que en realidad no vive ningún bebé y para terminar, la mitad de las cosas no sirven para nada.
Nosotros no es que seamos ratas, es que tampoco consideramos que hiciera falta más y, de hecho, unas cuantas cosas nos han sobrado, así que hoy me voy a centrar en las cosas que se nos han hecho indispensables en éste año de Alejandra... o cómo dirían en las revistas molonas,
los "must have".
Nos alegramos infinito de haber tenido una
minicuna (prestada - me la compraría, sin duda). La usamos desde que llegamos a casa hasta eso de los 5 meses. La llevábamos de la habitación al salón y allí aprendió a dormir como una campeona.
También nos damos besos por nuestra elección de
cuna de Ikea. Bonita y barata y con su colchón de látex (que casi costaba más que la cuna). Se va feliz de la vida a dormir en ella desde que dejó la minicuna. Muchas cunas de marcas maravillosas son peores y muchísimo más caras.
(Edito, me olvidé de la trona). Compramos
dos tronas, una de Ikea para casa de la
Abuela 2.0 y otra
Stokke para casa (en ésta lo mismo sí que acaba estudiando un MBA). Lo mejor de las dos es que ocupan poco espacio y no tienen bandeja así que desde pequeña se está acostumbrando a compartir espacio en la mesa.
Una cómoda con un
cambiador encima. Mueble super práctico que el día de mañana seguirá siendo un mueble práctico y no los cambiadores que luego acaban en el trastero.
Lo del mobiliario es un tema para tratar detenidamente... ¿realmente
quién se cree que sus hijos acabarán estudiando oposiciones a Inspector de Hacienda en el mueble convertible ese que te venden a una talegada y que te dicen que amortizarás porque lo usará toda la vida?... es un armatoste y los niños crecen muy rápido. Hoy compras muebles con ositos y en 3 años te suelta la criatura que su cuarto es muy hortera. Que los niños de hoy en día están muy espabilados.
Con la
bañera lo mismo. Mi casa está reformada y no tiene bañera. Compramos una con patas que se pliega y que en breve ya usará en el plato de ducha porque se empieza a querer poner de pie. Un éxito poder plegarla y meterla en cualquier sitio sin que te invada media casa.
Luego está el tema del
carrito y
la silla. Si viajas en coche es imprescindible. Aquí están los gustos, los colores y el presupuesto de cada uno. Nosotros contentos con el nuestro, se pliega bien, ocupa lo normal, entra en todas partes, se adapta al coche (por ahora) y la peque va cómoda. Pero... cuando tuvo que llevar el
Calzón de Frejka por su problema de cadera no pudimos usarlo. Los coches nuevos no se quedan rectos al bajar el respaldo (hacen un ángulo más o menos obtuso). Eso es algo en lo que ahora sí que me fijo.
Por lo demás no podríamos vivir sin nuestro
lavavajillas, que todo lo esteriliza, sin el
hervidor de agua (que ahora hace más biberones que tés), sin la
olla a presión que todo lo cuece, sin el
microondas que todo lo calienta.
Me quedan sus cosas propiamente dichas... ropa, juguetes. Todavía no me explico cómo se ha podido juntar con tanto cachibache en sólo un año. Al principio tenía tanta
ropa de recién nacida que me estresaba mucho pensando que no iba a llegar a estrenarle los modelitos y se le iban a quedar pequeños. Realmente necesita poca cosa, cada estación ir adaptándole la talla a la temperatura y poner la lavadora, eso sí... supongo que según vaya creciendo estropeará más la ropa y le durará menos.
Y los
juguetes. Pues he decidido poner como tienen en los aeropuertos para saber si puedes embarcar la maleta como equipaje de mano. Todo lo que no quepa por el hueco no entra en casa.
Hago un llamamiento a los fabricantes de juguetes. Está la vida muy achuchada y el metro cuadrado muy caro.
Hagan cosas pequeñas. Por eso yo sólo le compro libros :-)
En definitiva... llego yo a tener uno de los
difuntos "cheque bebé" y hago maravillas.
Hay que mantener la calma. Un hijo es la mayor alegría del mundo pero tampoco hay que volverse loco.
Me quedan en post de los "pequetrastos" inservibles...
¿Cuáles son vuestras grandes adquisiciones para el recién llegado?