lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Nochebuena...

Mucha gente odia la Navidad. Pasan el año mal que bien y es ver encenderse las luces y escuchar los villancicos de las tiendas y se les viene a la cabeza todo lo malo que les pasa. Se sienten alienados...


Cuando digo que me gusta la Navidad la gente suele responderme algo en plan "Claro, con la niña es normal que te guste la Navidad". Pero la Navidad me ha gustado siempre, no sólo ahora que tenemos a Alejandra.

La Navidad no es arruinarse comprando regalos que no sabes si le gustarán y que probablemente no necesite la persona a la que se lo regalas. No es pagar en 3 plazos sin intereses la cena de Nochebuena. No es engordar 5 kilos y emborracharse cuatro veces. No es discutir con el primo y la cuñada. No es momento de impresionar a nadie ni de demostrar nada.

Recuerdo grandes Navidades en casa de mis padres cenando lasaña y jugando al Monopoly. No le pido más a días cómo hoy.

La Navidad es darse cuenta de lo poco que se necesita para estar feliz con uno mismo. Ver una peli, tomarse un té, quedar con un amigo, dar un paseo, ver las luces, escuchar a los niños de San Ildefonso, hacer propósitos para el año nuevo, la fruta escarchada del rosón, recibir una llamada de alguien con quien hace tiempo que no hablas, hacer galletas... que la vida es muy perra y a veces se nos olvidan las cosas buenas mientras pensamos en todo aquello que no podemos tener.

Os voy a dejar una bonita historia para ésta Nochebuena... como siempre es un fragmento de mi serie favorita de todos los tiempos, Doctor en Alaska.



"Hace mucho tiempo, el cuervo miró hacia abajo desde el cielo y vio que la gente en el mundo vivía en la oscuridad. La bola de luz la tenía escondida un viejo jefe egoísta. Así, el cuervo se transformó en una aguja de pino que flotaba en el río donde la hija del jefe iba a por agua. Ella bebió la aguja de pino, se quedó embarazada y dio a luz a un niño que era el cuervo disfrazado. El niño lloró y lloró hasta que el jefe le dio la bola de luz para jugar. En cuanto tuvo la luz, el cuervo volvió a su ser y se llevó la luz hasta el cielo. Desde entonces no hemos vuelto a vivir en la oscuridad."

Y es que, aunque parece que últimamente sólo hay oscuridad en el horizonte, tenemos que poner de nuestra parte para que vuelva a brillar la luz...

Feliz Navidad a todos, donde quiera que estéis.

Guada

P.D.: Y si hoy no tenéis nada mejor que hacer, os dejo el enlace al capítulo entero... ayuda a reconciliarse con el mundo.

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